Hace aproximadamente 2 años, encerrados en plena contingencia por la pandemia del Covid 19 observaba en el canal regional Teleracaribe un programa llamado EL CARIBBEAN SHOW dirigido por el influencer y comediante costeño Juanda Caribe. En una de las secciones del programa llamada “Llego Lucho Torres” el consagrado humorista en su mejor estilo cuenta la historia de un pirata portugués que había llegado hace 3 años al corregimiento de Taganga y se había quedado en este lugar desde entonces.
Este pirata según el relato del humorista tenía un parche en unos de sus ojos, un garfio en su mano derecha, una pata de palo como una de sus piernas y tomaba cerveza en unos de los estaderos ubicados a orillas de la playa mientras contaba sus aventuras e historias vividas en altamar.
Taganga es un corregimiento de Santa Marta en el que viven al menos 3.000 habitantes, está ubicado a orillas de la bahía de Taganga, y su actividad tradicional es la pesca. Es uno de los paraísos más codiciados por tustistas y visitantes debido a su exuberante belleza, su gastronomía y libertinaje que hacen que personas que llegan a pasar un fin de semana se queden indefinidamente.
Aunque la historia del pirata portugués es producto de la ficción e imaginación del elenco del programa televisivo tiene fundamento en este fenómeno que se vive y se repite a diario en este paraíso tropical, donde ya los nativos han aprendido a convivir y a mezclarse con turistas y colonos que llegaron por unos cuantos días y se han quedado viviendo en este hermoso territorio.
Quizás este fenómeno migratorio hacia Taganga ha sido objeto de estudios por observatorios sociales y económicos y seguramente ha tenido sus efectos y repercusiones en la vida cotidiana y dinámicas de este pueblo de pescadores, pero también es innegable la magia y el encanto que encierra este lugar que hace que las personas que lo visitan se quieran quedar.
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